sábado, 27 de febrero de 2010

Manifiesto de los griegos


La Hélade estaba en horas bajas, amenazada por los Medos. Atenas y Esparta pusieron fin a sus hostilidades y se aliaron contra un enemigo común y exterior (tras las guerras médicas se crearía la liga de Delos) y las victorias helénicas se sucedieron...
Podría ser el comienzo de una novela histórica, pero no es así. Pido disculpas si las reseñas históricas no son las correctas. en realidad quiero introducir un texto que escribí hace poco.
En 2º de Bachillerato, ponerse de acuerdo es imposible y las optativas se pisan la una a la otra. Para fijar fechas de exámenes hay que hacer malabares. El grupo de griego al que pertenezco normalmente se ve ninguneado a la hora de tomar estas decisiones, somos sólo siete los valientes hoplitas que nos atrevemos con la lengua de Hesíodo, seis de los cuales compartimos clase. Ante semejante minoría de patricios, hacer que se respeten nuestros intereses es poco menos que imposible. Una vez se colocó un examen de Filosofía (de Sócrates, compatriota espiritual nuestro) que nos coincidía con uno de gramática griega. Nos opusimos sin alcanzar quorum y yo quise dejar patente que no era justo que siempre hubiésemos de sufrir el rechazo y la ignorancia los mismos alumnos. El ardor de oradora se despertó en mí y redacté el siguiente manifiesto que fue leído en clase. La eclesía lo tomó como mera retórica siciliana, pero yo lo expongo para que se vea la interpretación que subyace, ¿Dónde quedó la democracia directa ateniense de Pericles? Lejos, muy lejos... y nuestros compañeros de latín no supieron apoyarnos... no les guardo rencor alguno, sólo quise hacerles reflexionar. Cabe decir que me gustó el resultado del escrito que hice y que en el original pueden verse las firmas de todos nosotros. He modificado un poco el final...
He aquí el texto:
No hablo yo, que habla mi clase por mí y yo por mi clase, el senado y el pueblo romanos, que diría César.
Ante los acontecimientos que se han venido produciendo, nos hemos visto obligados a pronunciarnos. Nuestras peticiones han sido destruidas de la misma forma que lo fuera Ilión (y en menos de diez años de asedio), porque somos una minoría entre minorías. Nosotros, los estudiantes de la lengua de Homero, queremos exponer que las enrevesadas formas de la gramática griega son equiparables en dificultad a los algoritmos y de ello darán buena fe los estudiantes de ella el año pasado. Algunos de los cuales, desertores, no nos han apoyado ni se han solidarizado con nosotros a pesar de tener conocimiento de causa, ellos, este año, han huido del griego como huyera Dafne de Apolo.
Nosotros seguiremos oponiendo resistencia numantina ante hechos como los ocurridos hasta ahora. En cualquier caso, no hemos venido a hacer de oradores ante la asamblea, ni a repetir, como Catón el Viejo aquello de “
Cartago delenda est”, porque Cartago no debe ser destruida, sino, a todo caso, lo deben ser el egoísmo, la falta de compañerismo y la irresponsabilidad. No iniciemos una guerra como la del Peloponeso, entre iguales, porque los atenienses y los espartanos eran griegos ante todo y habitantes de la Hélade y nosotros, estudiantes de Ciencias Humanas o de Ciencias Sociales somos, en última instancia, estudiantes, y por tanto, compañeros. No nos enfrentemos pues, que el curso es largo y arduo y no conviene comenzarlo de esta manera.
Reclamamos algo simple, que se nos oiga y tenga en consideración y para ello creemos oportuno crear un triunvirato, o alargando el símil, la elección de un delegado o delegada que nos pueda representar y que esté recogido oficialmente, sin que los estudiantes de Ciencias Sociales monopolicen estos cargos y no nos den oportunidad para expresarnos. Así, en caso de conflicto habrá equidad para dirimirlo y además, ambos representantes podrán acudir, llegado el caso, a las sesiones de evaluación.
Sin más, nos despedimos esperando se nos comprenda y que no tengamos que exclamar “
alea iacta est!” invocando a la suerte cada vez que decidamos colocar una fecha importante en nuestro calendario o lo que es lo mismo, exclamar ad Kalendas graecas! Es decir, nunquam!
Fdo. Los estudiantes de griego de 2º de Bachillerato.

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