miércoles, 15 de junio de 2011

Microrelato finalista en el concurso "imagina 2109" convocado por la editorial seix-barral

Aliena se sobresaltó al oír el timbre y supo que se trataba del repartidor que venía a entregarle su robot infantil. En los últimos años la Humanidad estaba sufriendo una epidemia de esterilidad que los científicos no sabían explicar. Tal vez se debiera a los componentes de las armas químicas empleados en las sucesivas guerras o simplemente a la desesperanza de ver cómo el mundo se consumía en su desgracia. Al recibir fríamente la caja con las piezas del bebé por parte del repartidor sonrió con nostalgia. La especie se extinguiría pero el ser humano deseaba seguir jugando a ser Dios, como un fabricante de grotescas marionetas.