martes, 31 de julio de 2012

Opus nº8: clouds

Like a half remembered dream

You came with a soft smile and then
taught me there's love behind the stars
there's rage within the storm

There's a universe full of secrets with
Clouds covering everything

And your eyes burning with sadness
as if there was nothing to protect
but I learnt there's hope in every tear you pour
I'll carve a smile on your face with
my trembling fingers

Like a half remembered dream
I lost my memories that once were myself

What did I promise in my previous life?
I feel a part of me died the day we met

Now I must become a new doll
looking for a new soul
is it hidden in the clouds?

Now I know... 
Time it's just a half remembered dream

domingo, 17 de junio de 2012

Cómo cambian las convenciones sociales

  He venido observando estos días atras que dado que se acercan las fechas veraniegas en las que el gran cómputo de los mortales abandona las ciudades para huir a la costa en busca de los baños en el mar y la tranquilidad de ser acariciando por los rayos solares, están proliferando los anuncios de cremas solares y toda suerte de ungüentos que son los que utilizamos en mayor medida estas fechas. Esto no es nada nuevo, cada estación tiene su tendencia en la publicidad de una forma u otra: en invierno se anuncian medicamentos para los resfriados y juguetes para las fechas navideñas, por ejemplo. 
  Lo que me llama poderosamente la atención es que los publicistas estén empleando las más agresivas técnicas de persuasión para que los consumidores (y normalmente el sector femenino) se preocupen por autobroncearse. Ya saben, anuncian cremas con pigmentos, toallitas o tratamientos con caña de azúcar que les proporcionarán "un agradable tono de piel" que podrán lucir ¡el primer día de playa! Yo normalmente el primer día de playa estoy blanca cual merluza, mi tono de piel es así y no me importa reconocerlo, es más, estoy a gusto con él. Es enervante que se someta a tal presión a los consumidores veraniegos que deben estar perfectos desde el primer día, cuando la lógica impone que si nos exponemos a los primeros rayos de sol después de todo un año sin hacerlo o haciéndolo moderadamente nuestra piel no va a estar precisamente bronceada y si lo está, lo más seguro es que no sea de modo natural.  
  En cualquier caso, se hace patente que las convenciones sociales evolucionan y que el proceso no siempre es satisfactorio. En nuestro mundo actual han aparecido enfermedades nuevas que se desconocían y la que mejor casa con el presente tema es la "tanorexia", es decir, la tendencia a tomar el sol o rayos UVA para lograr un bronceado perfecto sin estar nunca satisfecho con el resultado obtenido pese a tener una piel lo bastante curtida por el sol, a veces incluso anaranjada. 
  Recuérdese que desde la antigüedad clásica la tendencia era bien distinta. En Grecia y Roma lo que las mujeres buscaban era un rostro níveo y refulgente, llegando a usar polvos de albayalde, el cual contiene plomo y cuyo uso en cantidades elevadas puede ser mortal dando lugar a una intoxicación. En la Edad Media las damas llegaban a ingerir escayola o porcelana para lograr el efecto, dada la intoxicación que sufrían con dicho acto la palidez se instalaba en su rostro. Todo ello venía dado por el hecho de que inspiraba una diferencia de clase social. Las personas de piel blanca e inmaculada no trabajaban por sus manos, no se exponían al sol faenando en el campo y eso los hacía distinguirse de los estamentos más bajos.
  Hoy en día, las tornas han cambiado. Quien no luce un moreno uniforme se expone a que le digan que presenta un aspecto enfermizo. Por otro lado, parece ser que estas personas gozan de un status más elevado al poder pasar los fines de semana en su casa de recreo junto al mar, o bien al poder costearse las sesiones de rayos UVA necesarias para ello.
  Por otro lado hay que hacer hincapié en el aumento de casos de melanoma, el sol, como todo en la vida, es beneficioso si no se abusa de él. Por todo ello es sumamente inconsciente e incluso temerario que se busque el bronceado a toda costa eludiendo la protección necesaria porque lo marcan los cánones estéticos. Nuestra piel es para toda la vida y eso es algo que las convenciones sociales no pueden modificar.

martes, 20 de marzo de 2012

Opus nº7: apocalipsis espiritual

A veces juego a entender la vida, pero siempre acabo perdiendo.
¿Y si ya no hubiese un mañana que esperar? ¿algo por lo que luchar? ¿una persona por la que no dejar de respirar?
¿Y si ya no hubiese caminos que transitar? ¿errores de que aprender? ¿un pecado por el que sucumbir?
Demasiadas palabras inútiles para expresar emociones que se desbordan, dispersas, salpicando el firmamento, ¿y si las lágrimas fuesen insuficientes? De la nada naces y, a veces, en la nada te disuelves. 
¿Y si el Tiempo dejase de juzgarnos? ¿Y si el Arte se quedase vacuo, sin perdurar en el Tiempo, sin sobrepasarlo? Mi espíritu se ha quedado mudo, desorientado, resignado, ¿y si ya no se pudiese avanzar sin retroceder? 
¿Y si no mereciese la pena herir el aire con mis quejas? En ocasiones la belleza del silencio está soterrada, cuando el silencio queda huérfano de significado la soledad ha vencido. 
¿Y si la Belleza no es más que una mentira que nos atrae a un destino fatal? ¿Y si el Destino sólo fuesen pretensiones ajenas, algo que no nos pertenece por no haberlo decidido? No dejes que nadie sueñe por ti si no buscas que las pesadillas te devoren.
¿Y si no pudieses cumplir expectativas ni propias ni ajenas? El peor enemigo reside en nuestro fuero interno en forma de dudas, demasiadas preguntas y pocas respuestas, pero las preguntas están ahí iluminándonos en la incertidumbre.
¿Y si ya no quedase nada?
A veces juego a entender la vida y abandono, por inercia, la partida.

martes, 6 de marzo de 2012

Desmontando mitos: Derecho y memoria

  Me resulta bastante enervante que quiénes observan la carrera judicial desde fuera emitan opiniones precipitadas que acostumbran a ser desacertadas. Es esa insolente bravuconada que a veces lleva a algunos a tratar de disimular su ingnorancia a cualquier precio en lugar de aceptarla humildemente y así tratar de adquirir nuevos conocimientos. En cualquier caso los prejuicios suelen ser osados y desafortunados en todos los casos.   
  No obstante, se suele decir que la carrera de Derecho simplemente consiste en memorizar o "empollar" dicho de manera coloquial. Nada más lejos de la realidad y, sinceramente, considero que dicha opinión generalizada acaba por desprestigiar el estudio del Derecho, cosa que como cualquier otra disciplina ha de tomarse seriamente. 
  Es cierto que la memoria en Derecho es importante pero no puede elevarse a pilar fundamental e inamovible, de lo contrario acabaríamos por llegar al absurdo de que el derecho no es ciencia ni disciplina científica, sino simplemente una serie de datos que deben ser recordados y mecánicamente aplicados, con lo que los juristas serían plenamente prescindibles ya que la tarea de resolución de las controversias jurídicas bien podría dejarse en manos de un algoritmo informático o de un ordenador. 
  Ya dijo Kirchmann aquello de que "tres palabras del legislador convierten en basura bibliotecas enteras". Eso es en parte cierto. Algunos profesores universitarios y juristas que adquirieron su formación durante el régimen franquista tuvieron que adaptar todos sus conocimientos al sistema constitucional implantado tras la transición, lo cual les exigió arduos períodos de estudio. 
  Sin embargo, los cambios legislativos en cierto modo suelen ser meramente formales y los principios jurídicos materiales, los celebérrimos principios generales del derecho permanecen. Son la base del ordenamiento y por tanto no pueden ser modificados sin implicar la ruptura total con el sistema anterior, ya que constituyen la esencia del mismo. Estos principios son, por ejemplo: la buena fe, la presunción de inocencia, el principio de intervención mínima del derecho penal, la equidad, la igualdad, etc. con lo cual puede verse la entidad y el peso que suponen dentro de nuestro actual ordenamiento democrático.
  De lo anterior se deduce que por ejemplo, un mero cambio formal en lo referente a una denominación, procedimiento o plazo puede ser tolerado e interiorizado con facilidad por el jurista quien ya dispone de una base suficiente de conocimientos que le permiten efrentarse a los avatares de la vida jurídica y reflexionar acerca de los cambios consustanciales al ordenamiento. 
  A quienes vayan a estudiar derecho debo decirles que cuando acaben sus estudios universitarios todo el derecho sustantivo estudiado estará derogado o bien modificado. Sin embargo, esto no debe suponer un motivo de desasosiego ya que es algo inevitable. El derecho debe tratar de adaptarse a las circunstancias sociales y por ello está en continua evolución, ya que su mecanismo de actualización es más lento que el frenético ritmo del mundo globalizado en que nos hallamos. 
  En consecuencia, los juristas deberán enfrentarse a un marco jurídico totalmente nuevo con la ayuda de unos principios que deben orientar la práctica jurídica en todo momento y que suponen la guía del profesional del derecho en un entorno a veces caótico y esquizofrénico. Además no debe olvidarse que el Derecho es una realidad omnicomprensiva que se nutre de otras tantas ciencias y disciplinas con lo que dichos principios deberán conectarse igualmente con esas disciplinas auxiliares.
  Por lo tanto, el derecho no depende exclusivamente de la memoria, nada puede hacerlo ya que el ejercicio memorístico sin otra actividad ulterior acaba por ser perjudicial al erradicar el pensamiento crítico por completo.

domingo, 4 de marzo de 2012

La piel áspera y la corza blanca

  Ya me dediqué a analizar el universo musical del grupo japonés ALI PROJECT lo que para mí representaba su música, su originalidad y sus apuestas un tanto arriesgadas y me prometí a mí misma que me dedicaría a analizar su universo literario, es decir, el contenido de sus letras. En ellas se aprecian elementos, recursos e imágenes que sugieren una cosmovisión muy particular. He aquí una de las letras que más me gustan porque cuenta una historia que me resulta atrayente y algo familiar, pese a que no sea una de sus canciones más conocidas o representativas. 

Érase una vez en un próspero país
En solitario, el príncipe marchó a cazar
Entró en el bosque prohibido y llevó sus pies al precipicio
Si se hubiese percatado de la luna la noche no habría caído
En aquel momento de vértigo
La figura dorada se aproximó
Los sublimes y altísimos cuernos
El único ciervo divino
Enfrentando la misteriosa luz como si él mismo hubiese perdido la juventud
Posicionó el arco y apuntó, doblando la cuerda con una flecha de acero
Yo no me arrepiento de mi vida
dijo el ciervo con voz argéntea
pero estoy protegiendo este bosque
y si muero todo serán zarzas
y tu ciudad quedará destruida
Apuñaló su corazón
rasgó su dorado cuello y su piel
y volvió a su próspero castillo
Varios años han pasado y el príncipe es ahora rey
la guerra está desgarrando el país debilitado
y las espinas cubren las paredes del castillo
la gente intercambia quejas
el amor y la felicidad han quedado tan distantes…
Tiempo atrás hasta había cosas para comer
ahora la gente sólo será saciada con hambre y sed
Él fue al bosque pero sólo halló árboles podridos, ni un brote…
La primavera se había secado y ni siquiera estaba presente la sombra de un animal
Sólo el viento soplaba y, exhausto, el príncipe se desvaneció
De repente, cuando alzó la mirada
vio a un joven y dorado cervatillo
Eres el enemigo de mi padre
resonó la misma voz que había oído un tiempo antes
pero tu país que se transformó en un cadáver
puede ser revitalizado de nuevo
sólo por ti y nadie más
Con estas eternas carne y sangre mías
quizá sea capaz de salvar a la gente de tu pueblo
Ofreceré mi vida
clamó el ciervo áureo con voz argéntea
y mientras el rey tenía lágrimas vertiéndose desde sus ojos
disparó una flecha hacia su suave pecho
confesando el crimen de aquel día con efusión
el contrito rey vivió en los colores prohibidos de la luz
Y continuó llevando las dos capas de piel áspera
hasta el día en que murió

  Se trata de la canción "Ara gawa"  traducido como "piel áspera" aunque hay quien lo traduce como "mi defecto". Ambos títulos son plenamente válidos para la historia que se aprecia en ella. Desde el momento en que pude escucharla y acceder a la letra la fuerza y la intensidad que desprendía me envolvió. Por otro lado no pude evitar relacionar la letra con la leyenda escrita por Bécquer y titulada "la corza blanca" aquella que tenía por protagonista a una bella joven llamada Costanza que se transformaba en una hermosa corza blanca que hacía las delicias de los cazadores y que tuvo un trágico destino. En la canción escrita por Arika Takarano el animal en cuestión no es una corza, sino un ciervo que, además es una criatura maravillosa, divina y de pelaje dorado. 
  Ese vínculo místico con las criaturas del reino animal ha sido una constante en todas las culturas al igual que ofrecerlos en sacrificio para obtener algún tipo de merced. Piénsese, por ejemplo, en el mito griego de Pasífae que se sintió atraída por un toro blanco y acabó engendrando con él al famoso Minotauro mediante la ayuda y el ingenio de Dédalo. No obstante, parece que tanto en la leyenda Becqueriana como en la letra de ALI PROJECT dichos animales están personificados y parecen representar una idea de paz, prosperidad, el verdadero equilibrio de la naturaleza que al ser alterado requiere un sacrificio y un sufrimiento para que las cosas vuelvan a su estado anterior.
  En este caso comprobamos que el príncipe asume su error, su pecado, quizá, al comprobar que el reino se marchita por su culpa. Por otro lado considero que el protagonista de la historia, como el de la leyenda de Bécquer actúa movido por la vanidad, por el anhelo de fama ante la belleza de un animal tan prodigioso y acaba sucumbiendo a sus propios intereses por encima de los posibles perjuicios que pueda ocasionar a su país y, cuando dispara comprueba que es demasiado tarde. Por ello, las últimas líneas nos revelan una existencia miserable del protagonista, que acaba disolviéndose, desapareciendo en los colores prohibidos de la luz estigmatizado por la piel áspera del ciervo áureo...

jueves, 1 de marzo de 2012

El matrimonio homosexual

  Llevamos esperando el pronunciamiento del Tribunal Constitucional sobre dicho asunto durante bastante tiempo. El hecho de la demora puede atribuirse sin duda al elevado número de recursos de amparo que recibe el órgano defensor de la constitución, en especial reclamando protección frente a una vulneración de la "tutela judicial efectiva". Me gustaría hacer un paréntesis en este punto que olvidé incluir en un artículo anterior (cosas de la efusividad a la hora de escribir). La tutela judicial efectiva no implica que se deba dictar una resolución acorde a las pretensiones subjetivas de cada parte (de lo contrario la parte perjudicada siempre podría alegar esta vulneración), sino, simplemente que la resolución emitida (sentencia, auto, providencia, etc.) esté justificada jurídicamente y que se pronuncie sobre el caso concreto sin excederse de los límites que las partes han planteado en sus fundamentos de hecho. Es evidente que la práctica habitual de agotar todas las instancias nacionales (e incluso supranacionales) termina por colapsar el sistema, lo cual se ve reflejado en el Constitucional, que, además, debe pronunciarse sobre las cuestiones de inconstitucionalidad, recursos de inconstitucionalidad, cuestiones de competencia y sobre sus propias normas de gobierno interno y gestión.
  En esencia el derecho al matrimonio (art. 32 de la Constitución) pese a ser un derecho fundamental debe ser desarrollado por ley, es un derecho de configuración legal por lo que su protección no es tan estricta como los comprendidos entre los arts. 15-29 y por tanto no es posible acudir ante el constitucional, por ejemplo, intermponiendo un recurso de amparo para defenderlo de una posible vulneración, en parte porque su desarrollo y ejercicio es plenamente voluntario al contrario de lo que sucede con otros derechos. 
  En cualquier caso, en mi humilde opinión la regulación del matrimonio homosexual es plenamente constitucional ya que los términos del art. 32 son los siguientes: "el hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio con plena igualdad jurídica." No hay que olvidar que nuestro texto constitucional es fruto de un consenso necesario en una época política compleja como la transición, de ahí que pretenda obrar como un marco normativo fundamental en el que puedan desarrollarse distintas políticas diversas, con lo que en muchos sentidos puede llegar a ser algo ambiguo. Y, aunque el precepto resultase claro, toda norma debe ser interpretada para aplicarse con exactitud al supuesto de hecho y así comprobar que efectivamente regula dicha situación y puede desplegar efectos jurídicos.
  Es lo que sucede en concreto con este precepto. Por tanto, la solución que acabe resolviendo el constitucional dependerá en esencia de los criterios interpretativos que aplique a la letra de la ley. Básicamente, el jurista alemán Savigny fundador de la escuela histórica del Derecho dispuso una serie de criterios rectores que debían dirigir la interpretación de normas y que debían ser aplicados en general aunque de distinta manera:
-El criterio gramatical o lógico que establece que las normas se interpretarán según el sentido de sus palabras (la letra de la ley) evitando así que se tergiverse su contenido.
-El criterio sistemático que dispone que para interpretar una norma es preciso ponerla en conexión con el resto de normas que la rodean o que se relacionan con ella.
-El criterio histórico que toma en cuenta los antecedentes de la norma.
-El criterio teleológico que se relaciona con el contexto y la realidad social en que dicha norma va a ser aplicada.
  Del primer criterio deducimos que podemos entender que el artículo se refiere a la capacidad del hombre y la mujer para contraer matrimonio tanto entre sí como con personas de su mismo sexo. En el criterio sistemático hemos de atender a la igualdad ante la ley dispuesta por la constitución (art. 14) y la prohibición de discriminación por diversas razones (entre ellas por razón de sexo). En el criterio histórico es obvio o al menos claro que la norma no fue promulgada con el sentido que actualmente se le está dando. Sin embargo, el criterio teleológico nos lleva a respetar una aplicación acorde a las circunstancias actuales con lo que que debería entenderse que la actividad legislativa actual es plenamente constitucional.
  En cualquier caso, el Constitucional en general es propenso a respetar la actividad del legislador, y, en caso de corregir su actuación tratará de hacerlo de manera más suave de modo que la derogación y expulsión de la norma del ordenamiento jurídico es el último recurso (en tanto que actúa como legislador negativo, pero no como positivo, es decir no puede crear normas). Así, una de las tácticas empleada por el supremo intérprete constitucional es la emisión de una sentencia interpretativa en la que dispone la única y posible interpretación de la norma, la única que es acorde a la constitución de modo que la norma sigue en vigor aunque sólo puede ser interpretada de una manera constitucional, con lo que se evita así un conflicto entre el legislador y el Constitucional y un consecuente vacío jurídico que podría dar lugar a lagunas jurídicas y efectos no deseables. 
  Es preciso destacar que en el caso del control de constitucionalidad español hay elementos propios del sistema europeo y del estadounidense. En el caso español, como el estadounidense, si una norma es expulsada del ordenamiento será inconstitucional ex tunc (desde entonces) y, por tanto, todos sus efectos anteriores quedarán deshechos, lo cual aplicado al caso que nos ocupa puede generar situaciones sumamente complejas.
  ¿Cómo puede o debe solucionarse este problema? Si se trata de un mero conflicto lingüístico o de denominación es claro que podría determinarse otro nombre para la unión, pero también es preciso atender al hecho de que el cambio de denominación no puede ser un pretexto para modificar el contenido esencial del derecho. Reconducir, por ejemplo, el matrimonio homosexual a las llamadas "parejas de hecho" crearía una situación injusta y discriminatoria, máxime cuando la regulación de la materia en contra de lo que sería procedente no corre a cargo de una ley estatal, sino de las diversas leyes autonómicas que fragmentan el contenido del mismo creando incluso un trato más desigual. Por su parte, en Francia existe un contrato por el que se puede acordar la vida en común compartiendo gastos y obligaciones aplicándose a parejas de distinto o el mismo sexo que no quieren recurrir al matrimonio, e incluso se suscribe entre personas que inician una convivencia sin mediar relación afectiva. Por otro lado, hace unos meses causó gran revuelo el hecho de que el Gobierno mexicano propusiese la creación de contratos matrimoniales renovables cada 6 meses.
  Con ello sólo pretendo resaltar el hecho de que el compromiso y el amor siempre existen por mucho que difieran las coberturas jurídicas prestadas, aunque, claro está, el instumento del derecho está presente siempre para facilitar la vida y por ello su acceso y su empleo debe hacerse de la manera más adecuada y precisa posible.

martes, 28 de febrero de 2012

Tiempo


El tiempo pasa, inexorable, inexpugnable, en cada grano de arena, en cada gota de agua que colma la clepsidra... y a su paso todo cambia y se transforma, es el milagro del tiempo que logra que nada permanezca estático y aunque el cambio sea a veces drástico e incomprensible permite que avance la vida. En ocasiones nos quedamos quietos en una espiral de acontecimientos que no podemos controlar, observando con impotencia cómo todo se modifica o destruye, pero entonces descubrimos que el tiempo es el mejor maestro y que su paso aunque devastador se convierte en determinados momentos en el único consuelo existente. El tiempo nos hace aprender, madurar, equivocarnos y construir nuestro camino. Decía el filósofo griego y presocrático Anaximandro que el tiempo es un juez universal que reordena el universo. Este es un alivio que personalmente agradezco ante el poder del tiempo que nos consume, ante los anhelos de inmortalidad y las ansias de eternidad del ser humano. Es el tiempo el que logra que la verdad aparezca con vigor y el que obra con una suerte de justicia poética devolviendo todo a su cauce, logrando que la mentira y la injusticia no permanezcan vivas más lapso del necesario. Por ello, ante lo inevitable sólo podremos tratar de disfrutar y de enriquecernos con el paso avasallador y necesario de este Leviatán. 

P.D. 2 años ya escribiendo en este blog, espero que sean muchos más, gracias por animarme y por estar ahí.

domingo, 19 de febrero de 2012

Talento desperdiciado

Una frase bastante ilustrativa de Beethoven decía que "el genio se compone de 2% de talento y 98% de perseverante aplicación". Es bastante cierto que si el talento no se cultiva y alimenta se acaba perdiendo o desperdiciando. Últimamente vengo comprobando que los proyectos que emprendo no acaban bien y esto me hace desilusionarme bastante hasta el punto de sentirme inútil, en especial en lo que al teatro se refiere, pues a pesar de poner todo mi empeño contemplo como por irresponsabilidad o circustancias sobrevenidas los componentes del grupo se van desentendiendo y todo queda en una mera promesa incumplida. Está claro que resultaría muy engreído por mi parte hablar de que tengo talento y que no lo cultivo por pereza, simplemente en mi opinión hemos venido a esta vida para entregarnos a El Arte. Esa era la opinión de Baudelaire que yo personalmente comparto. Ante el Hastío (spleen) de la vida, la inevitable venida de la muerte había que llenar la vida pasajera con algo que la hiciese satisfactoria, algo por lo que mereciese la pena ser vivida. Baudelaire hablaba entonces de la Belleza, del Arte como medios para escapar de la anodina realidad. Lo cierto es que hagamos lo que hagamos apenas será una mónada en el universo, pero esto en lugar de desanimarnos debería incluso alentarnos incluso más para perfeccionar con más tesón incluso esa mónada que vamos construyendo con nuestra vida. Por ello algunos cantan, tocan algún instumento, otros componen o escriben letras, hay quienes pintan o fotografían. En resumen, de una forma u otra siempre estamos tratando de darle algo de contenido artístico a nuestra existencia porque no queremos desaparecer en la bruma del olvido, pasar desapercibidos, por pura vanidad o incluso con objeto de aparecer como virtuosos a los ojos de los demás, o para sentirnos realizados con nosotros mismos. Esta es al menos mi visión, tengo que buscar evadirme escribiendo o actuando porque de otra manera me siento inútil como si mi paso por este mundo careciese de valor. He visto esta actitud en muchas otras personas y considero que quienes la presentan poseen una especial sensibilidad que les lleva a detenerse en todos los detalles que el mundo nos ofrece para empaparse de ellos y que así fluyan y se interrelacionen estimulando su creatividad. Sin más agradecerle a algunos usuarios de Twitter por los que he podido recordar que la frase del encabezamiento fue pronunciada por Beethoven, en especial a Héctor M. quien considero que encaja con el modelo de persona a la que me refiero en el presente artículo. Recomiendo encarecidamente visitar su blog: http://hectorstravinsky.blogspot.com

Exceso de confianza

Hay un dicho que derrocha gran sabiduría popular y reza "cría fama y échate a dormir". Antes solía interpretarlo de modo que la fama puede ser negativa, pero también puede ser perjudicial en el sentido del refrán si dicha fama si es positiva. Cuando alguien aparece a ojos de los demás como una persona digna de confianza y crédito a veces esta fama tan positiva puede serle perjudicial, y es que puede llegar a convertirlo en consejero y salvador de los demás y aunque en determinados momentos esto pueda resultar un verdadero halago a la larga puede representar una condena. Depender en exceso de otra persona es perjudicial, ya que se trasvasa toda la confianza en uno mismo a otra persona diferente, es decir, una traición a uno mismo y su valía. Por otro lado también se corre el riesgo de convertirse en un mero instrumento a ojos de los demás, de modo que el valor se cifra en los favores adecuadamente prestados, sin que se reciba contraprestación (nunca pedida pero quizá siempre esperada) o siquiera agradecimiento. Esto es sumamente frustrante porque uno comprueba claramente cómo golpea la hipocresía, que en mi opinión es una de las grandes lacras de la sociedad actual, porque mediante ella se puede dar entrada a todos los males imaginables. ¿Cuántos "te debo una" han quedado en agua de borrajas? Así que, si vas a confiar en mí me sentiré muy halagada, pero antes piensa si lo vas a hacer sinceramente o si tal exceso de confianza puede llegar serte perjudicial.

sábado, 11 de febrero de 2012

La sociedad y la justicia

  Quejarse de la justicia española parece haberse convertido en un deporte nacional. Es cierto que nuestro sistema judicial está anquilosado pero también es cierto que no depende en exclusiva de la acción de los jueces, quienes han accedido a la carrera judicial por procedimientos mediante los que acreditan sus conocimientos y que se limitan a aplicar e interpretar en unos términos restringidos la ley que emana del Parlamento. 
  La visión de justicia que se plasma en la ley es plenamente variable, ya que de una forma u otra la sociedad en sus exigencias y desarrollo se anticipa al lento proceso legislativo, por ello se trata de una justicia imperfecta que el juez en el ejercicio de su función jurisdiccional no puede alterar ya que de lo contrario contravendría el delicado sistema de separación de poderes (que en España es formal pero no material). La justicia es un valor deseado por la sociedad y al parecer las leyes no son el instrumento más adecuado para alcanzarla, pero de momento, es el mejor y único medio civilizado que tenemos para poder lograr aproximarnos a ella. Las leyes deben estar por encima de nosotros, como individuos miembros de la sociedad, y aspirar a ser más óptimas que sus creadores, dentro de lo posible. 
  Por ello, simplemente me siento horrorizada cuando en un arrebato visceral y ante casos mediáticos y de gran expectación la sociedad parece clamar como única solución la implantación de la pena capital. Superamos esa etapa de la historia en su momento y retroceder a ella sería absurdo. De hecho en EEUU muchos Estados la han suprimido debido a la enorme cantidad de errores judiciales observados en su aplicación (errores irreparables, al contrario que ocurre con la pena de prisión que, aunque de manera imperfecta, se traducen en una compensación económica). 
  Además, según nuestra norma fundamental, dicha pena sería inconstitucional al impedir la reinserción del delincuente. El actual proyecto de reforma que pretende imponer la "prisión ilimitada revisable" suscita las mismas sombras de inconstitucionalidad. Esto sucede porque nuestra carta magna apuesta por la dignidad humana y la rehabilitación de los penados. De una forma u otra, todos somos potenciales delincuentes y podemos vernos inmersos en contextos de criminalidad casi incluso de forma fortuita. De ahí que los sistemas judiciales modernos cifren sus actuaciones en términos de inocencia y no de culpabilidad (no se olvide que el principio rector es la presunción de inocencia). Todo ello se relaciona con la dureza del Derecho penal, que debido a su efecto de privación de libertad y de afectación de los derechos fundamentales debe emplearse de manera restringida (principio de intervención mínima) dado su condición de "ultima ratio". 
  Se ha generado la detestable práctica de convertir los crímenes más execrables en verdaderos teatros mediáticos con los que se pone seriamente en peligro la independencia judicial. Los medios de comunicación han encontrado un filón de audiencia con dicho método en el que se presenta una visión tergiversada de la realidad en la que los personajes son planos y plenamente predecibles. Sin embargo, si se me permite acudir a la expresión "ni los malos son tan malos, ni los buenos tan buenos". Es preciso adoptar una posición crítica y tratar de contrastar para no caer en el error de prejuzgar de manera temeraria, ya que sólo al juez le compete esta tarea. 
  Por otro lado, al parecer la población sólo clama ante las "injusticias" que subjetivamente considera dañinas o perjudiciales para sí. Existen infinidad de casos que quedan en el anonimato o en el olvido porque no han logrado situarse en el primer plano que los medios otorgan a través de un criterio sumamente discutible. Cuando la injusticia parece sacudir a determinadas personalidades poderosas se contempla con satisfacción y cierto alivio, lo que obviamente me hace preguntarme por el rasero empleado para ello. La justicia existente, con sus fallos y posibilidades de ser mejorada, es, o debería ser la misma para todos. 
  He aquí mi opinión, no pretendo ser demagoga ni hacer gala de una verdad universal de la que carezco (por inexistente) simplemente trato de aplicar mis exiguos conocimientos jurídicos a la realidad.