domingo, 4 de marzo de 2012

La piel áspera y la corza blanca

  Ya me dediqué a analizar el universo musical del grupo japonés ALI PROJECT lo que para mí representaba su música, su originalidad y sus apuestas un tanto arriesgadas y me prometí a mí misma que me dedicaría a analizar su universo literario, es decir, el contenido de sus letras. En ellas se aprecian elementos, recursos e imágenes que sugieren una cosmovisión muy particular. He aquí una de las letras que más me gustan porque cuenta una historia que me resulta atrayente y algo familiar, pese a que no sea una de sus canciones más conocidas o representativas. 

Érase una vez en un próspero país
En solitario, el príncipe marchó a cazar
Entró en el bosque prohibido y llevó sus pies al precipicio
Si se hubiese percatado de la luna la noche no habría caído
En aquel momento de vértigo
La figura dorada se aproximó
Los sublimes y altísimos cuernos
El único ciervo divino
Enfrentando la misteriosa luz como si él mismo hubiese perdido la juventud
Posicionó el arco y apuntó, doblando la cuerda con una flecha de acero
Yo no me arrepiento de mi vida
dijo el ciervo con voz argéntea
pero estoy protegiendo este bosque
y si muero todo serán zarzas
y tu ciudad quedará destruida
Apuñaló su corazón
rasgó su dorado cuello y su piel
y volvió a su próspero castillo
Varios años han pasado y el príncipe es ahora rey
la guerra está desgarrando el país debilitado
y las espinas cubren las paredes del castillo
la gente intercambia quejas
el amor y la felicidad han quedado tan distantes…
Tiempo atrás hasta había cosas para comer
ahora la gente sólo será saciada con hambre y sed
Él fue al bosque pero sólo halló árboles podridos, ni un brote…
La primavera se había secado y ni siquiera estaba presente la sombra de un animal
Sólo el viento soplaba y, exhausto, el príncipe se desvaneció
De repente, cuando alzó la mirada
vio a un joven y dorado cervatillo
Eres el enemigo de mi padre
resonó la misma voz que había oído un tiempo antes
pero tu país que se transformó en un cadáver
puede ser revitalizado de nuevo
sólo por ti y nadie más
Con estas eternas carne y sangre mías
quizá sea capaz de salvar a la gente de tu pueblo
Ofreceré mi vida
clamó el ciervo áureo con voz argéntea
y mientras el rey tenía lágrimas vertiéndose desde sus ojos
disparó una flecha hacia su suave pecho
confesando el crimen de aquel día con efusión
el contrito rey vivió en los colores prohibidos de la luz
Y continuó llevando las dos capas de piel áspera
hasta el día en que murió

  Se trata de la canción "Ara gawa"  traducido como "piel áspera" aunque hay quien lo traduce como "mi defecto". Ambos títulos son plenamente válidos para la historia que se aprecia en ella. Desde el momento en que pude escucharla y acceder a la letra la fuerza y la intensidad que desprendía me envolvió. Por otro lado no pude evitar relacionar la letra con la leyenda escrita por Bécquer y titulada "la corza blanca" aquella que tenía por protagonista a una bella joven llamada Costanza que se transformaba en una hermosa corza blanca que hacía las delicias de los cazadores y que tuvo un trágico destino. En la canción escrita por Arika Takarano el animal en cuestión no es una corza, sino un ciervo que, además es una criatura maravillosa, divina y de pelaje dorado. 
  Ese vínculo místico con las criaturas del reino animal ha sido una constante en todas las culturas al igual que ofrecerlos en sacrificio para obtener algún tipo de merced. Piénsese, por ejemplo, en el mito griego de Pasífae que se sintió atraída por un toro blanco y acabó engendrando con él al famoso Minotauro mediante la ayuda y el ingenio de Dédalo. No obstante, parece que tanto en la leyenda Becqueriana como en la letra de ALI PROJECT dichos animales están personificados y parecen representar una idea de paz, prosperidad, el verdadero equilibrio de la naturaleza que al ser alterado requiere un sacrificio y un sufrimiento para que las cosas vuelvan a su estado anterior.
  En este caso comprobamos que el príncipe asume su error, su pecado, quizá, al comprobar que el reino se marchita por su culpa. Por otro lado considero que el protagonista de la historia, como el de la leyenda de Bécquer actúa movido por la vanidad, por el anhelo de fama ante la belleza de un animal tan prodigioso y acaba sucumbiendo a sus propios intereses por encima de los posibles perjuicios que pueda ocasionar a su país y, cuando dispara comprueba que es demasiado tarde. Por ello, las últimas líneas nos revelan una existencia miserable del protagonista, que acaba disolviéndose, desapareciendo en los colores prohibidos de la luz estigmatizado por la piel áspera del ciervo áureo...

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