jueves, 1 de marzo de 2012

El matrimonio homosexual

  Llevamos esperando el pronunciamiento del Tribunal Constitucional sobre dicho asunto durante bastante tiempo. El hecho de la demora puede atribuirse sin duda al elevado número de recursos de amparo que recibe el órgano defensor de la constitución, en especial reclamando protección frente a una vulneración de la "tutela judicial efectiva". Me gustaría hacer un paréntesis en este punto que olvidé incluir en un artículo anterior (cosas de la efusividad a la hora de escribir). La tutela judicial efectiva no implica que se deba dictar una resolución acorde a las pretensiones subjetivas de cada parte (de lo contrario la parte perjudicada siempre podría alegar esta vulneración), sino, simplemente que la resolución emitida (sentencia, auto, providencia, etc.) esté justificada jurídicamente y que se pronuncie sobre el caso concreto sin excederse de los límites que las partes han planteado en sus fundamentos de hecho. Es evidente que la práctica habitual de agotar todas las instancias nacionales (e incluso supranacionales) termina por colapsar el sistema, lo cual se ve reflejado en el Constitucional, que, además, debe pronunciarse sobre las cuestiones de inconstitucionalidad, recursos de inconstitucionalidad, cuestiones de competencia y sobre sus propias normas de gobierno interno y gestión.
  En esencia el derecho al matrimonio (art. 32 de la Constitución) pese a ser un derecho fundamental debe ser desarrollado por ley, es un derecho de configuración legal por lo que su protección no es tan estricta como los comprendidos entre los arts. 15-29 y por tanto no es posible acudir ante el constitucional, por ejemplo, intermponiendo un recurso de amparo para defenderlo de una posible vulneración, en parte porque su desarrollo y ejercicio es plenamente voluntario al contrario de lo que sucede con otros derechos. 
  En cualquier caso, en mi humilde opinión la regulación del matrimonio homosexual es plenamente constitucional ya que los términos del art. 32 son los siguientes: "el hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio con plena igualdad jurídica." No hay que olvidar que nuestro texto constitucional es fruto de un consenso necesario en una época política compleja como la transición, de ahí que pretenda obrar como un marco normativo fundamental en el que puedan desarrollarse distintas políticas diversas, con lo que en muchos sentidos puede llegar a ser algo ambiguo. Y, aunque el precepto resultase claro, toda norma debe ser interpretada para aplicarse con exactitud al supuesto de hecho y así comprobar que efectivamente regula dicha situación y puede desplegar efectos jurídicos.
  Es lo que sucede en concreto con este precepto. Por tanto, la solución que acabe resolviendo el constitucional dependerá en esencia de los criterios interpretativos que aplique a la letra de la ley. Básicamente, el jurista alemán Savigny fundador de la escuela histórica del Derecho dispuso una serie de criterios rectores que debían dirigir la interpretación de normas y que debían ser aplicados en general aunque de distinta manera:
-El criterio gramatical o lógico que establece que las normas se interpretarán según el sentido de sus palabras (la letra de la ley) evitando así que se tergiverse su contenido.
-El criterio sistemático que dispone que para interpretar una norma es preciso ponerla en conexión con el resto de normas que la rodean o que se relacionan con ella.
-El criterio histórico que toma en cuenta los antecedentes de la norma.
-El criterio teleológico que se relaciona con el contexto y la realidad social en que dicha norma va a ser aplicada.
  Del primer criterio deducimos que podemos entender que el artículo se refiere a la capacidad del hombre y la mujer para contraer matrimonio tanto entre sí como con personas de su mismo sexo. En el criterio sistemático hemos de atender a la igualdad ante la ley dispuesta por la constitución (art. 14) y la prohibición de discriminación por diversas razones (entre ellas por razón de sexo). En el criterio histórico es obvio o al menos claro que la norma no fue promulgada con el sentido que actualmente se le está dando. Sin embargo, el criterio teleológico nos lleva a respetar una aplicación acorde a las circunstancias actuales con lo que que debería entenderse que la actividad legislativa actual es plenamente constitucional.
  En cualquier caso, el Constitucional en general es propenso a respetar la actividad del legislador, y, en caso de corregir su actuación tratará de hacerlo de manera más suave de modo que la derogación y expulsión de la norma del ordenamiento jurídico es el último recurso (en tanto que actúa como legislador negativo, pero no como positivo, es decir no puede crear normas). Así, una de las tácticas empleada por el supremo intérprete constitucional es la emisión de una sentencia interpretativa en la que dispone la única y posible interpretación de la norma, la única que es acorde a la constitución de modo que la norma sigue en vigor aunque sólo puede ser interpretada de una manera constitucional, con lo que se evita así un conflicto entre el legislador y el Constitucional y un consecuente vacío jurídico que podría dar lugar a lagunas jurídicas y efectos no deseables. 
  Es preciso destacar que en el caso del control de constitucionalidad español hay elementos propios del sistema europeo y del estadounidense. En el caso español, como el estadounidense, si una norma es expulsada del ordenamiento será inconstitucional ex tunc (desde entonces) y, por tanto, todos sus efectos anteriores quedarán deshechos, lo cual aplicado al caso que nos ocupa puede generar situaciones sumamente complejas.
  ¿Cómo puede o debe solucionarse este problema? Si se trata de un mero conflicto lingüístico o de denominación es claro que podría determinarse otro nombre para la unión, pero también es preciso atender al hecho de que el cambio de denominación no puede ser un pretexto para modificar el contenido esencial del derecho. Reconducir, por ejemplo, el matrimonio homosexual a las llamadas "parejas de hecho" crearía una situación injusta y discriminatoria, máxime cuando la regulación de la materia en contra de lo que sería procedente no corre a cargo de una ley estatal, sino de las diversas leyes autonómicas que fragmentan el contenido del mismo creando incluso un trato más desigual. Por su parte, en Francia existe un contrato por el que se puede acordar la vida en común compartiendo gastos y obligaciones aplicándose a parejas de distinto o el mismo sexo que no quieren recurrir al matrimonio, e incluso se suscribe entre personas que inician una convivencia sin mediar relación afectiva. Por otro lado, hace unos meses causó gran revuelo el hecho de que el Gobierno mexicano propusiese la creación de contratos matrimoniales renovables cada 6 meses.
  Con ello sólo pretendo resaltar el hecho de que el compromiso y el amor siempre existen por mucho que difieran las coberturas jurídicas prestadas, aunque, claro está, el instumento del derecho está presente siempre para facilitar la vida y por ello su acceso y su empleo debe hacerse de la manera más adecuada y precisa posible.

martes, 28 de febrero de 2012

Tiempo


El tiempo pasa, inexorable, inexpugnable, en cada grano de arena, en cada gota de agua que colma la clepsidra... y a su paso todo cambia y se transforma, es el milagro del tiempo que logra que nada permanezca estático y aunque el cambio sea a veces drástico e incomprensible permite que avance la vida. En ocasiones nos quedamos quietos en una espiral de acontecimientos que no podemos controlar, observando con impotencia cómo todo se modifica o destruye, pero entonces descubrimos que el tiempo es el mejor maestro y que su paso aunque devastador se convierte en determinados momentos en el único consuelo existente. El tiempo nos hace aprender, madurar, equivocarnos y construir nuestro camino. Decía el filósofo griego y presocrático Anaximandro que el tiempo es un juez universal que reordena el universo. Este es un alivio que personalmente agradezco ante el poder del tiempo que nos consume, ante los anhelos de inmortalidad y las ansias de eternidad del ser humano. Es el tiempo el que logra que la verdad aparezca con vigor y el que obra con una suerte de justicia poética devolviendo todo a su cauce, logrando que la mentira y la injusticia no permanezcan vivas más lapso del necesario. Por ello, ante lo inevitable sólo podremos tratar de disfrutar y de enriquecernos con el paso avasallador y necesario de este Leviatán. 

P.D. 2 años ya escribiendo en este blog, espero que sean muchos más, gracias por animarme y por estar ahí.

domingo, 19 de febrero de 2012

Talento desperdiciado

Una frase bastante ilustrativa de Beethoven decía que "el genio se compone de 2% de talento y 98% de perseverante aplicación". Es bastante cierto que si el talento no se cultiva y alimenta se acaba perdiendo o desperdiciando. Últimamente vengo comprobando que los proyectos que emprendo no acaban bien y esto me hace desilusionarme bastante hasta el punto de sentirme inútil, en especial en lo que al teatro se refiere, pues a pesar de poner todo mi empeño contemplo como por irresponsabilidad o circustancias sobrevenidas los componentes del grupo se van desentendiendo y todo queda en una mera promesa incumplida. Está claro que resultaría muy engreído por mi parte hablar de que tengo talento y que no lo cultivo por pereza, simplemente en mi opinión hemos venido a esta vida para entregarnos a El Arte. Esa era la opinión de Baudelaire que yo personalmente comparto. Ante el Hastío (spleen) de la vida, la inevitable venida de la muerte había que llenar la vida pasajera con algo que la hiciese satisfactoria, algo por lo que mereciese la pena ser vivida. Baudelaire hablaba entonces de la Belleza, del Arte como medios para escapar de la anodina realidad. Lo cierto es que hagamos lo que hagamos apenas será una mónada en el universo, pero esto en lugar de desanimarnos debería incluso alentarnos incluso más para perfeccionar con más tesón incluso esa mónada que vamos construyendo con nuestra vida. Por ello algunos cantan, tocan algún instumento, otros componen o escriben letras, hay quienes pintan o fotografían. En resumen, de una forma u otra siempre estamos tratando de darle algo de contenido artístico a nuestra existencia porque no queremos desaparecer en la bruma del olvido, pasar desapercibidos, por pura vanidad o incluso con objeto de aparecer como virtuosos a los ojos de los demás, o para sentirnos realizados con nosotros mismos. Esta es al menos mi visión, tengo que buscar evadirme escribiendo o actuando porque de otra manera me siento inútil como si mi paso por este mundo careciese de valor. He visto esta actitud en muchas otras personas y considero que quienes la presentan poseen una especial sensibilidad que les lleva a detenerse en todos los detalles que el mundo nos ofrece para empaparse de ellos y que así fluyan y se interrelacionen estimulando su creatividad. Sin más agradecerle a algunos usuarios de Twitter por los que he podido recordar que la frase del encabezamiento fue pronunciada por Beethoven, en especial a Héctor M. quien considero que encaja con el modelo de persona a la que me refiero en el presente artículo. Recomiendo encarecidamente visitar su blog: http://hectorstravinsky.blogspot.com

Exceso de confianza

Hay un dicho que derrocha gran sabiduría popular y reza "cría fama y échate a dormir". Antes solía interpretarlo de modo que la fama puede ser negativa, pero también puede ser perjudicial en el sentido del refrán si dicha fama si es positiva. Cuando alguien aparece a ojos de los demás como una persona digna de confianza y crédito a veces esta fama tan positiva puede serle perjudicial, y es que puede llegar a convertirlo en consejero y salvador de los demás y aunque en determinados momentos esto pueda resultar un verdadero halago a la larga puede representar una condena. Depender en exceso de otra persona es perjudicial, ya que se trasvasa toda la confianza en uno mismo a otra persona diferente, es decir, una traición a uno mismo y su valía. Por otro lado también se corre el riesgo de convertirse en un mero instrumento a ojos de los demás, de modo que el valor se cifra en los favores adecuadamente prestados, sin que se reciba contraprestación (nunca pedida pero quizá siempre esperada) o siquiera agradecimiento. Esto es sumamente frustrante porque uno comprueba claramente cómo golpea la hipocresía, que en mi opinión es una de las grandes lacras de la sociedad actual, porque mediante ella se puede dar entrada a todos los males imaginables. ¿Cuántos "te debo una" han quedado en agua de borrajas? Así que, si vas a confiar en mí me sentiré muy halagada, pero antes piensa si lo vas a hacer sinceramente o si tal exceso de confianza puede llegar serte perjudicial.

sábado, 11 de febrero de 2012

La sociedad y la justicia

  Quejarse de la justicia española parece haberse convertido en un deporte nacional. Es cierto que nuestro sistema judicial está anquilosado pero también es cierto que no depende en exclusiva de la acción de los jueces, quienes han accedido a la carrera judicial por procedimientos mediante los que acreditan sus conocimientos y que se limitan a aplicar e interpretar en unos términos restringidos la ley que emana del Parlamento. 
  La visión de justicia que se plasma en la ley es plenamente variable, ya que de una forma u otra la sociedad en sus exigencias y desarrollo se anticipa al lento proceso legislativo, por ello se trata de una justicia imperfecta que el juez en el ejercicio de su función jurisdiccional no puede alterar ya que de lo contrario contravendría el delicado sistema de separación de poderes (que en España es formal pero no material). La justicia es un valor deseado por la sociedad y al parecer las leyes no son el instrumento más adecuado para alcanzarla, pero de momento, es el mejor y único medio civilizado que tenemos para poder lograr aproximarnos a ella. Las leyes deben estar por encima de nosotros, como individuos miembros de la sociedad, y aspirar a ser más óptimas que sus creadores, dentro de lo posible. 
  Por ello, simplemente me siento horrorizada cuando en un arrebato visceral y ante casos mediáticos y de gran expectación la sociedad parece clamar como única solución la implantación de la pena capital. Superamos esa etapa de la historia en su momento y retroceder a ella sería absurdo. De hecho en EEUU muchos Estados la han suprimido debido a la enorme cantidad de errores judiciales observados en su aplicación (errores irreparables, al contrario que ocurre con la pena de prisión que, aunque de manera imperfecta, se traducen en una compensación económica). 
  Además, según nuestra norma fundamental, dicha pena sería inconstitucional al impedir la reinserción del delincuente. El actual proyecto de reforma que pretende imponer la "prisión ilimitada revisable" suscita las mismas sombras de inconstitucionalidad. Esto sucede porque nuestra carta magna apuesta por la dignidad humana y la rehabilitación de los penados. De una forma u otra, todos somos potenciales delincuentes y podemos vernos inmersos en contextos de criminalidad casi incluso de forma fortuita. De ahí que los sistemas judiciales modernos cifren sus actuaciones en términos de inocencia y no de culpabilidad (no se olvide que el principio rector es la presunción de inocencia). Todo ello se relaciona con la dureza del Derecho penal, que debido a su efecto de privación de libertad y de afectación de los derechos fundamentales debe emplearse de manera restringida (principio de intervención mínima) dado su condición de "ultima ratio". 
  Se ha generado la detestable práctica de convertir los crímenes más execrables en verdaderos teatros mediáticos con los que se pone seriamente en peligro la independencia judicial. Los medios de comunicación han encontrado un filón de audiencia con dicho método en el que se presenta una visión tergiversada de la realidad en la que los personajes son planos y plenamente predecibles. Sin embargo, si se me permite acudir a la expresión "ni los malos son tan malos, ni los buenos tan buenos". Es preciso adoptar una posición crítica y tratar de contrastar para no caer en el error de prejuzgar de manera temeraria, ya que sólo al juez le compete esta tarea. 
  Por otro lado, al parecer la población sólo clama ante las "injusticias" que subjetivamente considera dañinas o perjudiciales para sí. Existen infinidad de casos que quedan en el anonimato o en el olvido porque no han logrado situarse en el primer plano que los medios otorgan a través de un criterio sumamente discutible. Cuando la injusticia parece sacudir a determinadas personalidades poderosas se contempla con satisfacción y cierto alivio, lo que obviamente me hace preguntarme por el rasero empleado para ello. La justicia existente, con sus fallos y posibilidades de ser mejorada, es, o debería ser la misma para todos. 
  He aquí mi opinión, no pretendo ser demagoga ni hacer gala de una verdad universal de la que carezco (por inexistente) simplemente trato de aplicar mis exiguos conocimientos jurídicos a la realidad.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Opus nº6: "Everlasting doubts"

We are born from darkness (in utero)
And darkness is our destiny (sit tibi terra levis)

Is light the way between darkness?
Let all those rainy needles fly
They will fall to make me..
The shadow of desire
I´ll become

Hot arrows are raining
I must dance within the war
A mischievous doll made of porcelain will be awaken
The future lies in the cold whispers of love
You are here to synchronize my gears
to make my heart beat
after all you created me, born from the careless tears

I am here to freeze the spring
to make you feel the painful pride
after all I was meant to find the sense of life, hidden in the dying sun...

Antígona es la tragedia, Sófocles el trágico

En abril de este año tuve la oportunidad de asistir a una representación de Antígona en las ruinas romanas de Itálica. El espíritu clásico flotaba en el ambiente pese a que la representación no se realizó en el teatro, sino en un escenario portátil situado en las propias ruinas. Antígona siempre ha sido mi obra teatral de referencia, la tragedia más perfecta en la que el equilibrio dramático se mantiene a lo largo de toda su trama culminando en la catarsis final. La protagonista es un personaje estereotipo que simboliza la juventud, la lucha contra lo establecido, el inconformismo, y pese a ello posee una personalidad arrolladora que controla toda la obra pese a no encontrarse presente, es decir, domina la acción incluso in absentia. Sólo Sófocles podría haber introducido tales innovaciones y haber hecho gala de un control de los elementos dramáticos tan preciso. Llama bastante la atención el extenso prólogo que Sófocles realiza y que concreta la acción y la trama, sin él la obra perdería parte de su sentido, ya que, además, enlaza con el trágico destino anterior de Edipo, padre de Antígona e Ismene. Además, cabe señalar la hermosa historia de amor entre Hemón (hijo del tirano Creonte) y la propia Antígona. El amor tiene dedicado un himeneo, un epitalamio hermosísimo en el que Antígona se lamenta al ser enviada a una tumba en vida. Ese amor es el que llevará a Hemón a despertar de su letargo y a posicionarse a favor de Antígona, contagiándose de su carácter rebelde e incisivo. La obra tiene numerosas interpretaciones y una de ellas es la lucha entre derecho natural (como ley innata y superior a los hombres) y derecho positivo (leyes impuestas por los gobernantes). Ambas son realidades en permanente enfrentamiento en la filosofía jurídica de todos los tiempos, pero lo que Sófocles pretende es establecer un límite nítido de modo que allí donde el derecho natural impera el derecho positivo no puede tratar de ocupar su sitio. Todo ello se puede basar en cuestiones morales y elevadas como las que no presenta la tragedia, dar sepultura a los difuntos es algo plenamente importante en todas las culturas y va acompañado de ritos bastante específicos, pero en la griega dicho ritual intensifica su importancia y significado (al igual que en la egipcia) recuérdese por ejemplo el episodio de la guerra de Troya con el cuerpo de Héctor. Sin embargo, en términos menos trascendentales el derecho positivo simplemente no puede (o no debe) tratar de regular todos los aspectos de la vida en sociedad, hay determinados asuntos, en especial del derecho privado que deben quedar bajo la libertad de los particulares (autonomía de la voluntad) frente a las cuestiones de derecho público que disciplinan la convivencia. De ahí que el cumplimiento en el derecho privado se diluya en ciertos términos y sea menos férreo, de lo contrario nos encontraríamos en un Estado Hegeliano en que el ciudadano es un simple medio para la subsistencia de éste y que debe ser sacrificado cuando sea precise para lograr que este se mantenga. No obstante la lectura o interpretación que se haga de la obra se trata de una joya literaria que es lectura obligada como clásico, en especial para los juristas (en formación o no).

sábado, 29 de octubre de 2011

Fans, denominaciones, grupos y personalidad

El fenómeno fan siempre ha existido. Es muy significativo, por ejemplo que a raíz de la publicación de Las penas del joven Werther en 1774 se incrementasen los suicidios a la hora de imitar al protagonista (de ahí que la Iglesia condenase y prohibiese el libro) y surgiese toda una mercadotecnia que trataba de aprovechar el "boom" que había supuesto la novela y su autor entre los jóvenes. A partir de entonces es cierto que este fenómeno ha evolucionado de una forma significativa expandiéndose considerablemente. No obstante, parece bastante claro que esta práctica ha degenerado en los últimos años.
 El movimiento de los fans se acerca peligrosamente a la cultura de masas y a la manipulación social. Los fans se han entregado por completo a sus ídolos: los siguen en las redes sociales, esperan ansiosos sus videoclips, discos, etc. no dudan en pasar horas y horas guardando cola para adquirir las entradas a sus conciertos o estrenos y para poder lograr la primera fila (a veces incluso sacrificando jornadas laborales o de clases con la aquiescencia o no oposición de sus progenitores). Estas son prácticas habituales y poco reprochables si tenemos en cuenta en que dicha conducta se suele producir en la explosión de la adolescencia, aunque son preocupantes cuando empiezan a denotar cierta inmadurez. 
Por otra parte, llama poderosamente la atención el hecho de que los fans busquen con encarecimiento la creación de un grupo cerrado, selecto, organizado como si de una enorme familia se tratara y con una denominación concreta; un grupo de dimensiones a veces colosales en el que se comparten gustos, deseos, opiniones, comportamientos, lenguaje, estética... es decir, es como si el efecto Pigmalión lo abarcase en su conjunto y la influencia del ídolo los absorbiese por completo. 
Los fans conocen a la perfección la vida y milagros de su ídolo, a veces hasta límites enfermizos en los que sacrifican conocimientos útiles o visiones de la actualidad para entregarse al análisis en profundidad de dicho ídolo que es el centro de su universo. Hay fans que saben el nombre completo y la fecha de nacimiento de dicho artista y sin embargo desconocen las señas de un familiar tan cercano como su abuela; sí, esos fans viven en una realidad alternativa. Esto supone un riesgo considerable ya que pierden la capacidad crítica con respecto a los actos, dichos, hechos, opiniones etc. veritdos por su ídolo, con lo cual, se crea una idiosincracia concreta que erosiona y tergiversa la cosmovisión de un gran sector de la población mundial (la globalización ha dotado de proporciones inimaginables a este fenómeno). 
Por tanto, creo que el reto con el que se ha de enfrentar el fenómeno fan en la actualidad es con la capacidad de tomar distancia del grupo surgido en torno del ídolo para poder labrar opiniones propias. Es claro que no es conveniente generalizar y que todo esto está sujeto a circunstancias concomitantes bastantes relativas, pero no hemos de negar que la pertenencia a un grupo es buscada a veces por los individuos para sentirse comprendidos, arropados o protegidos de ahí que se deban analizar las causas que llevan a un fan a dedicar su vida al ídolo ya que pueden dejar al descubierto carencias harto significativas. 
Obviamente también soy fan de determinadas personas: cantantes, actores, escritores, etc. pero nada de ello me impide opinar por mí misma, así que por ejemplo no defendería a capa y espada a mi ídolo si fuese acusado presuntamente de algún delito, es cierto que debe prevalecer la presunción de inocencia, pero la cautela es esencial en estos temas tan delicados y complejos.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Un centenar de confesiones, reflexiones y otras sandeces

  He visto en el blog de una amiga una entrada consistente en una relación de 100 pequeñas reseñas variadas acerca de su persona. Me pareció una idea original y he decidido imitarla. Os ayudará a conocerme mejor, sólo si realmente queréis, si no estáis muy aburridos mejor no sigáis leyendo.
1-Se me da fatal buscar o inventar nombres para los personajes.
2-Considero que Arika Takarano es la mujer más elegante que habita en este planeta.
3-Creo en el destino, en el karma, en el tiempo como juez universal, en la dualidad, el equilibrio y en toda la filosofía de Anaximandro.
4-Me he enamorado muchas veces (y sigo enamorada) pero nunca lo he confesado.
5-Mis manos me producen una sensación extraña de atracción-repulsión por una parte son muy estilizadas pero por otra son tan esqueléticas que parecen las de un cadáver…
6-Tengo la cara estrecha y las gafas se me escurren con facilidad con lo que tengo el tic de subírmelas compulsivamente, hay quien lo considera un gesto prepotente.
7-No soy supersticiosa, pero sí muy maniática.
8-Me repugnan las faltas de ortografía y escribo con exactitud en todos sitios: chats, blogs y similares y casi siempre cuando envío mensajes de texto.
9-No me gusta la música en directo.
10-Aún duermo con un muñequito de Mickey Mouse que los Reyes Magos me trajeron hace 16 ó 17 años.
11-No me gustan los cantantes masculinos japoneses por el acento tan fuerte que tienen, todos los grupos nipones que escucho tienen vocalistas femeninas.
12-Soy mi mayor enemiga y mi más dura crítica.
13-Para escribir escucho música clásica y suave, de lo contrario no puedo, a no ser que esté pasando cosas a limpio. Tampoco puedo estudiar con música alguna.
14-Llevo gafas desde los 2 años, según me cuenta mi madre me levanté a la mañana siguiente de ponérmelas, cogí el chupe, me puse las gafas y me bajé de la cuna.
15-Soy muy testaruda y me cuesta reconocer mis errores, aunque si estoy muy segura de que llevo razón, pocas cosas pueden detenerme.
16-Me gusta más el anime yuri que el yaoi, el gore en su justa medida, normalmente compensado con un buen argumento.
17-Me encantan los videojuegos y detesto la denominación de “Gamer girl”.
18-Adoro cantar aunque lo haga fatal y normalmente estoy siempre canturreando o silbando, en su defecto.
19-Tengo poquísimo ritmo y coordinación por lo cual odio bailar, lo hago peor que un pato ebrio.
20-La música es mi pasión frustrada, a veces escribo letras para buscarles melodías, otras veces escucho melodías para buscarles letras…
21-En consecuencia, me gustaría tener un grupo de música y llamarlo “Garden of Shadows”.
22-Soy desordenada, caótica, inconexa y actúo por impulsos…
23-Normalmente lo dejo todo para el final.
24-A la hora de citar frases célebres soy un desastre porque normalmente no recuerdo los autores.
25-Tengo la capacidad o el defecto de establecer asociaciones extrañas en mi mente con casi todo lo que veo, leo o escucho.
26-Me encantan los números impares ya que considero que los pares son demasiado “perfectos”.
27-No me importa hablar en público y no me da apuro en absoluto.
28-Una vez probé la droga del teatro, y llevo ya cuatro años de adicción.
29-Los mejores descubrimientos que he hecho en mi vida y las mejores personas que he conocido han llegado por casualidad, o gracias al destino.
30-Atenea es mi diosa favorita y mi dios preferido es Apolo. Una vez interpreté a Atenea en una obra de teatro por decisión propia, aunque lo hice horriblemente.
31-Me encanta recomendar canciones o artistas y ponerle música a cada momento porque esta me trae recuerdos…
32-Me gustan el té verde y el té negro con hierbabuena y menta, nunca les pongo azúcar. También me encanta el chocolate negro puro.
33-Me encantaría vestirme con un kimono alguna vez.
34-Es muy fácil bajarme la autoestima y muy difícil subírmela.
35-Mi instrumento musical favorito es el clavicordio.
36-No puedo entender los prejuicios y me disgusto siempre cuando a alguien le caigo mal sin motivo aparente, me gusta que sean directos y que me den razones claras.
37-Me gusta la música en general excepto el rap y el metal, aunque tolero algunas canciones de Nightwish y Within Temptation.
38-Tengo un acento parisiense fortísimo al hablar francés, en el instituto me han sacado a “dar clase” en más de una ocasión, para mi vergüenza. Mi acento al hablar inglés es muy forzado.
39-Siempre he querido tener algún tipo de mascota pero mis padres nunca me han dejado. Una vez tuve peces y murieron porque los alimenté con pequeñas cápsulas cuadradas de chicle (yo era muy pequeña) también tuve dos cobayas que me duraron poquísimo.
40-En mi casa soy yo la que suele encargarse de las pocas plantas que tenemos porque me encantan, si por mí fuese tendría un jardín con lavanda, violetas y otras.
41-Me atemoriza la banda sonora de “2001: una odisea en el espacio” y la del anime “Elfen Lied”.
42-Me encanta mi pelo y me lo cuido mucho. Cuando era un bebé estaba más rizado que ahora, cuando tenía unos seis años se volvió completamente liso y a los doce o trece retornó a su estado original, espero que la metamorfosis se haya detenido.
43-Soy una firme amante de la cultura clásica, aunque Grecia me gusta más que Roma.
44-Tengo estrabismo acomodativo, de modo que cuando estoy más cansada de lo normal o he fijado mucho la vista cada ojo puede ir un poco por libre.
45-Soy muy dormilona pero cuando más me concentro es en la madrugada, de modo que he sacrificado muchas horas de sueño para estudiar, escribir, hacer trabajos o similares…
46-He sufrido el síndrome de Stehdhal en dos ocasiones: una visitando la sagrada familia, la otra en el Palau de la Música Catalana.
47-Odio los xenisxmos, extranjerismos y derivados. Considero que poco a poco la RAE está desvirtuando la esencia del español.
48-Mi obra de teatro preferida es Antígona, la tragedia más perfecta, la he leído y releído en muchas ocasiones.
49-Si tuviese que interpretar a un personaje histórico, me gustaría hacer de Juana de Arco, más allá de la leyenda me parece un personaje fascinante.
50-Uno de mis sueños recurrentes es que vuelo por la ciudad entre los edificios, aunque me cuesta trabajo pasar entre los cordeles de la ropa…
51-Soy muy enamoradiza, pero no creo en el amor a primera vista.
52-Estoy en contra del maltrato animal, pero antes creo que debemos preocuparnos del maltrato hacia nuestros semejantes.
53-Amo a los bebés y a los niños pequeños, cuando voy por la calle y veo un carrito siempre le echo una mirada (normalmente descarada) y sonrío como una boba.
54-Mi actor favorito es Hugh Laurie, por su atractivo, profesionalidad y sarcasmo…
55-Me encantan los relojes de bolsillo, si por mí fuera tendría unos cuantos, aunque sólo tengo uno que conseguí tras mucho atosigar a mis queridos progenitores, me lo regalaron por mi dieciocho cumpleaños y sí, lo uso.
56-No me gustan las historias de amor azucaradas, tal vez por eso tengo tan mala suerte con Cupido y me identifico con las letras de ALI PROJECT.
57-Creo que el mayor defecto con el que carga la raza humana es la hipocresía porque linda con la falsedad y la mentira. Hay que ser sincero pero no tosco.
58-Me gusta bastante mi nombre y tiene una curiosa historia. Cuando mi madre estaba embarazada nunca supieron con exactitud si era niño o niña así que mis padres acordaron que si era niña mi padre elegiría el nombre y mi madre escogería en caso de ser niño.  Mi madre me quería llamar Jorge (Irene o Aida en caso de ser niña, creo que Irene me habría ido bien igualmente) y mi padre finalmente me puso María, por su sencillez y sonoridad, pese a ser ateo…
59-Siempre que viajo intento comprarme algún llavero de recuerdo, me encantan y mis llaves son más bien un conjunto de llaveros que casi no cabe en el bolso.
60-Me gustaría tener alguna lámina de Gustav Klimt en mi habitación colgada de la pared, no he encontrado ninguna obra suya que no me encante.
61-Soy arisca y tímida al principio pero luego me voy volviendo más extrovertida.
62-Mi orientación es nula y tengo pánico a poder perderme por cualquier lado.
63-Uno de mis mayores errores es soñar sin atender a mis limitaciones, las conozco pero no puedo librarme de las desilusiones.
64-He practicado en algunas ocasiones la escritura semiautomática y me he asustado.
65-No bebo alcohol, lo he probado unas 2 ó 3 veces en mi vida en una cantidad nimia. Tampoco fumo.
66- Siento envidia (no sé si podría calificarse de “sana”) de los poetas, a mí Apolo no me bendijo con el don de componer versos y me quedé en una prosaica prosista.
67-Nací en primavera y odio los inviernos.
68-Me encanta el color morado y por ello mi piedra favorita es la amatista, dicen que permite tener sueños proféticos…
69-Me gusta dar vida a personajes que se merecerían una historia distinta e independiente para ellos solos, eso prueba que están llenos de vida…
70-Tengo un trauma con las polillas desde que siendo pequeñita encontré a una ahogada en una infusión de manzanilla que teóricamente iba a servir para hacerme un lavado ocular.
71-No me gustan los piercings porque me dan repelús. Sin embargo, los tatuajes me parecen más aceptables, siempre y cuando sean discretos y no muy visibles, pero no me haría ninguno.
72-Me encantan los “latinajos” los que más uso son: Alea iacta est, excusatio non petita accusatio manifesta, ad Kalendas Graecas solturos y panem et circenses entre otros.
73-Me fascina la poesía de Baudelaire.
74-No sé cuál es la finalidad del ser humano, aunque espero descubrirla, sólo sé que quizá estemos aquí para buscar la Belleza, y en eso nos ayuda el Arte.
75-Me bautizaron con 10 años recién cumplidos porque quise hacer la comunión y no estaba bautizada. Mi madre es católica, mi padre ateo, pero ninguno se interesó por bautizarme. Yo intentaré hacer lo mismo con mis hijos y no los atosigaré, es mejor que ellos escojan en cuestiones tan importantes.
76-Estoy muy de acuerdo con la ética kantiana.
77-Odio los libros satinados, no permiten un subrayado fácil, luego se emborronan y cuando les da la luz el reflejo los hace imposibles de leer.
78-Cuando me dan un número de teléfono escrito detesto que no separen las cifras por grupos (al menos de tres). Quienes sufrimos hipermetropía y astigmatismo necesitamos ciertas facilidades…
79-Rosa Montero es mi musa literaria y mi modelo a seguir como articulista y novelista.
80-He encontrado en la literatura y en el teatro la mejor catarsis a la que el ser humano puede aspirar…
81-Tengo el tic de tocarme el pelo o la cara cuando estoy nerviosa.
82-Me gusta coleccionar tazas, pero no las uso para decorar, me parece absurdo y extraño.
83-Adoro personalizar mi maleta cubriéndola con pines, chapas y colocándole llaveros a las cremalleras.
84-Casi nunca me maquillo, me parece antinatural y no creo que de momento me haga mucha falta.
85-Tampoco uso lentillas muy a menudo, las gafas me parecen un buen complemento que me queda favorece, además las lentillas son incómodas y con ellas se ve peor.
86-A veces me gusta pensar cómo lo harían mis personajes y meterme en su piel.
87-Me emociona la música de Yuki Kajiura, Mitsumune Shinkichi, Koji Kondo y Mikiya Katakura, si fuese la directora de alguna película les encargaría que hiciesen la banda sonora.
88-No puedo dormir destapada, ni siquiera en verano.
89-Adoro los camisones anchos de flores con encaje y tira bordada estilo “la casa de la pradera” y tengo varios.
90-En mi cama hay 17 peluches y otros tantos en las estanterías, me parecen adorables.
91-A pesar de que a la mayoría le dan miedo, a mí me encantan las muñecas de porcelana, las encuentro hermosas, distantes, lejanas y con una melancolía que las hace irresistibles. Tengo una muñeca de porcelana comprada en Bélgica y mi madre no puede limpiar la estantería donde está porque le da pánico.
92-No me gusta el cine pero entre los géneros que más me disgustan están la comedia romántica y las de terror.
93-Soy muy escandalosa estornudando y cuando tengo hipo también hago mucho ruido. Además se me tensa el hombro derecho si pasa mucho tiempo y no remite.
94-Me encanta el pelo largo, pero al mismo tiempo me agobia.
95-No soporto el olor a lejía.
96-Los sombreros me gustan aunque casi ninguno me queda bien.
97-Detesto que la gente intente leer cosas que aún no he terminado, sólo permito que lo revisen quienes considero que son de mi confianza.
98-Me importuna mucho dar consejos porque me resulta una situación incómoda. No soy ninguna autoridad y la responsabilidad a veces es demasiado grande.
99-Si tuviese una niña la llamaría Lucía o Ariadna. Si fuese un niño Jorge, debido a una promesa que tengo con mi madre.
100-Estudiar Derecho ha sido un gran acierto en mi vida.

viernes, 23 de septiembre de 2011

El poder de los escritorios

Etimológicamente es eso lo que significa la palabra burocracia, -cracia proviene del griego arjé (poder) y buró es la adaptación al español de la palabra francesa bureau que significa escritorio u oficina. Por tanto es un término con tintes humorísticos que solemos emplear de manera despectiva. La burocracia es un maremágnum de papeleo en el que acabamos naufragando y cuyas reglas no terminamos de entender. En ese estado de cosas es muy comprensible que los funcionarios arrastren con una pésima fama que, por otra parte, parecen haberse granjeado con gran esfuerzo. Los funcionarios que nos desesperan con la burocracia son aquellos que no tienen un rango elevado, que esperan sentados delante de un escritorio o mostrador (buró) donde atienden a los usuarios sin parsimonia pero con palabrería, de manera que aunque uno vaya dos días seguidos terminará pidiendo cita para cuándo exista un hueco libre en su "apretada" agenda con el fin de poder realizar el trámite deseado y no marcharse de vacio. Y yo me pregunto ¿a qué se debe esta prepotencia, esta supravaloración del tiempo de los propios funcionarios en detrimento del tiempo de los usuarios que al fin y al cabo deben ser atendidos por aquellos? Larra nos hablaba en su artículo "Vuelva usted mañana" de las posibles causas de la burocracia y la negatividad que esta arroja sobre la visión que se pretende proyectar de nuestro país en el extranjero. El escritor madrileño atribuía la lentitud burocrática a la pereza, que según él era la "única intriga". La pereza es uno de los pecados capitales y la madre de todos los vicios a la que hay que respetar por dicho motivo, precisamente, según reza una frase popular. Y me vuelvo a interrogar ¿no será que la pereza se asocia con algo más? Hay algo en el ser humano, egoísta y malvado por naturaleza (nunca estuve de acuerdo con Rousseau) que lo hace ansiar el poder, aunque sea el que le proporciona un escritorio y un puesto en una oficina de atención al público. Por tanto, cuando el poder se alía con la pereza, quien lo ostenta lo emplea para servirla, de modo que su jornada y sus procedimientos se amoldan a sus necesidades antes que a las del resto de los ciudadanos, ya que se creen en posesión del poder, cuando dicho poder emana de los propios ciudadanos, quienes con sus impuestos cubren su salario. Mientras la burocracia de este tipo se retroalimente y esté consentida por los gobernantes, ningún país podrá avanzar.

Mi opinión sobre el plan Bolonia


El objetivo del plan Bolonia es ambicioso y necesario si se pretende lograr que Europa adquiera fuerza como entidad político-cultural. No obstante, en algunas materias dicho proceso de unificación es más sencillo y puede dar lugar a unos resultados más óptimos. En el caso del “Grado en Derecho” nos encontramos con que la disciplina sobre la que se asientan los estudios varía a lo largo de los distintos miembros de la Unión Europea.
  En Europa conviven distintos sistemas jurídicos que difieren en muchos aspectos de manera radical y cuyas discrepancias afectan a todas las ramas jurídicas. Es cierto que existen muchos puntos  comunes ya que los países miembros de la Unión Europea comparten los valores democráticos, lo cual es algo que el Derecho Constitucional Común Europeo ya señaló y que proporciona un marco amplio de actuación dentro de las políticas comunes. El plan Bolonia ha de explotar dicha convergencia si no desea verse frenado por las desavenencias que pueden conducir a objetivos contradictorios o contraproducentes.
   En consecuencia es necesario un esfuerzo mucho mayor por parte de los Estados europeos con el fin de lograr una integración plena en un mundo globalizado y dicho esfuerzo ha de revertir en la formación de juristas y profesionales que sepan enfrentarse a los problemas a escala internacional, ya que el derecho debe evolucionar al compás de la sociedad, algo bastante complejo en un mundo donde los procesos humanos se suceden de manera vertiginosa.
  Por tanto, el derecho comunitario debe plantearse dar un paso más y si bien es cierto que se han producido notorios avances como la carta europea de derechos humanos sería conveniente plantearse la posibilidad de crear un código civil europeo aprovechando la herencia que el derecho romano dejó a lo largo del viejo continente y que ha sido respetada por la gran mayoría de Estados. También debería alcanzarse consenso en el método de acceso de profesionales al cargo de juez, ya que por ejemplo, en el caso español se centra casi mayoritariamente en el  aprendizaje memorístico (que por otra parte ya se proporcionó en la etapa universitaria) sin atender a otros aspectos importantes como la calidad humana, ética o la experiencia. De esta manera el estudio del “Grado en Derecho” que plantea el plan Bolonia se facilitaría.
  Por otra parte, el método docente que Bolonia busca implantar es mucho más equilibrado y novedoso ya que se diferencia en gran medida del clásico sistema de las “clases magistrales”. Se pretende así que el alumno gestione su formación de manera más independiente, investigue y pueda así suplir posibles carencias.
  Es cierto que la independencia del alumno aumenta pero ello debería verse reforzado con un seguimiento más personalizado por parte del profesorado, con tutorías que no importunen horas lectivas, es decir, sería recomendable que las tutorías de los alumnos que acuden a clase por las mañanas tuviesen lugar por la tarde y viceversa. En dicho caso, a la hora de respetar la independencia y las propias decisiones del alumno debería otorgarse la posibilidad de escoger entre formación presencial y no presencial, o al menos, no realizar un control exhaustivo de la asistencia que repercutiese de manera negativa en el estudiantado. Sin embargo, esto no puede lograrse si los grupos continúan siendo tan numerosos, ya que de este modo el profesor opta por otra metodología que en ocasiones desequilibra la balanza y termina por sobrecargar al alumno.
   El plan Bolonia también se interesa por la formación práctica del alumnado, algo que en Derecho es especialmente importante, ya que al finalizar la formación constituirá un bagaje de experiencia que será útil a la hora de acceder al mercado laboral. Por el contrario, no es posible realizar una formación práctica de calidad en un grupo demasiado numeroso, que imposibilita, por ejemplo, acudir a vistas, visitar juzgados, etc. a todo ello se suma la necesidad de cumplir con un temario en ocasiones demasiado extenso en un espacio de tiempo reducido, con lo que quizá algunas asignaturas cuatrimestrales deberían convertirse en anuales para de este modo, sentar las bases de una manera más precisa.
  En cualquier caso, es preciso tener claro que la formación de los juristas es de vital importancia para el futuro ya que serán dichos profesionales quienes ejerzan uno de los poderes del Estado. Con lo cual, facilitar el intercambio cultural entre universidades y sistemas, dotando de este modo de un conjunto de posibilidades más amplio redundará en beneficio de Europa como ente político-jurídico.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Experimentos, consejos y osadías

A mi entender todo arte precisa de cierta dosis de empatía. No es la empatía positiva ni externa o extrovertida, recuérdese que algunos artistas no han sido recordados precisamente por su bondad. Es quizá una empatía interna que hace que los artistas se exploren a sí mismos en profundidad. Todo arte nace del sentimiento y este se encuentra en primera instancia en el fuero interno de los propios creadores. Un actor o un escritor han de conocer a sus personajes casi como a ellos mismos si quieren dotarlos de vida y realismo. Es cierto que todo actor o escritor inevitablemente pone algo de sí mismo en los personajes que crea, sin embargo, ha de encontrar el límite preciso. Cuando se crea a un personaje hay que concebirlo como una instancia independiente a su creador de lo contrario se corre el riesgo de repetir, estancarse, construir distintas identidades que no son más que diversas facetas del propio autor. Por ello entiendo que hay un gran paralelismo entre los escritores y los autores ya que ambas actividades buscan contar historias mediante personajes ya sean ficticios o reales. No obstante, todo personaje "real" también tiene algo de ficticio, detalles novelados o pinceladas que su creador le aporta a la hora de interpretarlo o recrearlo. Recuerdo que en una ocasión en la presentación de Instrucciones para salvar el mundo de Rosa Montero la autora declaraba que conocía hasta tal punto a los personajes que podría responder cualquier cuestión acerca de ellos. A la hora de crear personajes es vital cuidar los detalles (apariencia, personalidad y aspectos aparentemente nimios como si se muerde las uñas o no). Al fin y al cabo esto no difiere en absoluto del método Stanislavsky en el que el actor llega a conocer al personaje tan en profundidad que se fusiona con él. Por ello, mi recomendación y punto de vista para lograr dar mayor autonomía y veracidad a los personajes es que cada día tratemos de transformarnos en ellos durante un tiempo aunque sea escaso. Durante ese período es preciso tratar de pensar como él, reflexionar acerca de cómo se encontraría en nuestra situación y si fuese posible escribir un poco de ese ejercicio mental, no importa que sea breve. Se logran excelentes resultados y estos pueden ser muy útiles.